22/7/08

Relatos de un inmortal

Afortunadamente he vuelto a retomar la lectura, tras acabar el rollo infumable de "!El círculo mágico" opté por la solución mas sencilla para volver a cojer el gusto por las letras: Terry Pratchett, y en 2 semanas me leí los dos libros de Rincewind que me faltaban por leer.

Sin embargo, en todo el tiempo que llevo leyendo, nunca un libro me había llegado a emocionar, los he disfrutado y me he quedado con la sensación de haber leído algo grande, pero lo que me ocurrió con el relato que os pongo a continuación no me ha ocurrido jamás, un par de lagrimones de tamaño sandía cayendo de mis ojos.

Lo curioso es que no está escrito en papel, sino que forma parte de los "Mil años de sueños" del "Lost Odyssey", juegazo de la XBOX 360. Os lo dejo después del salto.

-¡Hermanote!!!

Oye gritar a alguien en sus espaldas mientras se abre paso entre el gentío del pueblo.

Al principio Kaim, que busca hospedaje para pasar la noche, no se da cuenta de que es a él a quien llaman.
Sin embargo, siguen gritando con insistencia: ¡Hermano mío! ¡Hermanote!
Qué raro.

La última vez que visitó el pueblo fue hace ochenta años. No puede quedar nadie que lo conozca.
-¡Espera hermanote, no te vayas!

Cada vez se extraña mas, pues la voz que lo llama hermanote es la de una anciana, asi que sin bajar la guardia se gira poco a poco.
Exacto: es una mujer mayor.
La viejecita, ataviada con ropa de niña, mira fijamente a Kaim y sonríe emocionada.

-Creo que se ha equivocado- le dice Kaim sin ocultar su fastidio.
-No, de eso nada- dice la viejecita sacudiendo la cabeza y ensanchando su sonrisa- ¡Tu eres mi hermanote Kaim!

-¿Pero de que...?

-¿Qué pasa Kaim, ya no te acuerdas de mi?
-Er...bueno...yo...

A Kaim no le acaba de sonar esta mujer. Aunque al final la conociera, sabe que no conoce a nadie en este pueblo. Se pregunta si no se habrá reencontrado con alguien que conoció algún día en el camino. No, esta seguro de que no la conoce y, lo que mas le resulta extraño,¿Por qué esta mujer que podría ser su abuela lo llama “hermanote”?

-¡No finjas que no me conoces, Kaim!!! ¡No seas malo!!
La viejecita grita tanto que la gente se detiene a mirarlos.

No solo porque la anciana esté voceando, claro. En estas calles bulliciosas todo el mundo se ve obligado a levantar la voz para hacerse oír. Pero no llama la atención solo por eso. Los gritos de la viejecita suenan distintos a los de un adulto normal. Más bien recuerdan a los chillidos de una niña vociferando a pleno pulmón.

Los viandantes miran extrañados a la anciana y enseguida se desentienden.

Su confusión es incomprensible. La viejecita lleva su pelo cano y liso sujeto con un lazo colorido y su vestido tiene el mismo estampado de flores y las mismas mangas holgadas que el de una niña.

Muchos de los transeúntes la miran entre complacidos y apenados.

Poco a poco, Kaim lo va entendiendo. Se trata simplemente de que esta mujer está demasiado mayor. Por eso el pasado, encerrado en su memoria, se ha vuelto mas autentico para ella que la propia realidad.

Un hombre de mediana edad que pasa junto a ellos tira del codo de Kaim.

-yo en su lugar no le haría caso. No deje que le líe. Solo le traerá problemas.

-Es verdad-confirma la esposa del hombre al tiempo que asiente con la cabeza-.
Como usted no es de aquí, no lo sabe, pero esta mujer está senil. Se olvidará de usted en seguida.

Pueda que tenga razón, pero el caso es que la viejecita sabe su nombre.
La niña que vive en su cabeza cree que es su “Hermanote”.

Kaim se esfuerza por recordad.
La última vez que estuvo aquí, hace tanto tiempo, apenas se quedo unos días. No llego a conocer a mucha gente y ya no puede haber nadie que se acuerde de el.
Al ver que Kaim no se apartaba de la anciana, el matrimonio entrometido se ofende.
-Intentas ayudar, ¿y como te lo agradecen?-resopla el marido
-déjalos, ellos verán-añade la esposa-. Vamonos- sin más, siguen su camino.
La anciana afila la voz al máximo y les grita mientras se alejan airados:
-¡No me olvidéis; ¿me oís??

Es entonces cuando Kaim se acuerda. La viejecita se pone muy contenta al ver que le ha reconocido.

- Me recuerdas ahora?-grita la mujer-. Soy shushu. yo….Shushu!!!
Ahora si la recuerda; era muy pequeña cuando la conoció en este pueblo hace ochenta años.
Entonces apenas levantaba dos palmos del suelo. Era muy espabilada, cuya falta de timidez con los años se debía a que era hija del posadero.
Debió hacerle mucha gracia una expresión que oyó decir a alguien, de modo que siempre que un huésped se marchaba después de haber pasado algún día en la posada, en lugar de despedirlo con el típico adiós o muchas gracias, le sonreía y le decía con toda jovialidad:

“no me olvides. Me oyes?

Sin embargo, cuando por fin distingue a la niña que se esconde bajo la maraña de arrugas, Kaim aparta la mirada del rostro de la anciana.

-¿¿que pasa hermanote??

Kaim no podía soportar la mirada vacía de shushu.

¡Han pasado ochenta años! ¿De que pueden hablar un hombre que no envejece nunca y una anciana senil a la que conoció de niña?

-Déjenme pasar por favor. Lo siento, déjenme pasar, por favor.
-Un joven se abre paso entre la gente en dirección a donde están Shushu y Kaim.
-Bisabuela!!
-Cuantas veces te tengo que decir que no salgas sin avisarme?
-Tras regañar a la anciana, mira a Kaim y agacha la cabeza a modo de disculpa.
-Lamento si le ha molestado. Está mayor y se le va la cabeza. Le ruego que le perdone.

Sin embargo Shushu frunce los labios y exclama:
-que estas diciendo? solo estoy hablando con mi hermanote Kaim.
-que tiene de malo?

Clava los ojos en Kaim con ojos tristes y comienza a disculparse de nuevo.
Kaim esboza una sonrisa afligida y lo irrumpe.

Sabe que a veces es más triste y doloroso cuando una vida se alarga que cuando es demasiado corta. Aun así, por dramática que sea la vida de una persona, nadie tiene derecho a pisotearla.

-No comprende que es una anciana.
Si le pongo un espejo delante, pregunta ¿Quién es esa viejecita?

El muchacho, que se llama Hosee, le explica la situación: - Puede no acordarse de lo que ha desayunado, y sin embargo conserva recuerdos muy vivos de su infancia.

Kaim asiente con la cabeza.

Hosee y Kaim se sientan en un banco en la plaza del pueblo y miran como Shushu recoge flores. Esta confeccionando una guirnalda para su hermanote, al que hace tanto tiempo que no ve.
Pero en serio, señor, no le estamos entreteniendo?¿no tenía prisa?
-No, no pasa nada, no te preocupes.
-Muchas gracias.

Sonríe por primera vez y afirma que hacia años que no la veía tan contenta.
El joven está convencido de que su bisabuela cree que Kaim se parece a alguien que conoció de pequeña, Kaim lo prefiere así. Sabe que Hosee ni se imagina que está hablando con alguien que nunca envejece, ni tiene porque saberlo.
-Su salud a empeorado últimamente mucho.
Cada vez que tiene fiebre, nos preguntamos si habrá llegado su hora y nos preparamos para lo peor.
Pero luego se recupera como si nada. A veces bromeamos diciendo que se le va tanto la cabeza que se le olvida morir.
Kaim mira al chico, que mantiene la vista al frente. Hosee sonríe con cariño mientras habla de su bisabuela. No cabe duda de que de pequeño ella lo abrazaba y jugaba con el. Ahora, ya mayor, la vigila como un padre cuidara a su hija.

Le grita: -Muy bien, bisabuela. Hacia tiempo que no preparabas una corona tan bonita!!!!

Shushu , acuclillada entre la hierba con un ramo de flores entre las manos, contesta:
-no es verdad, ayer le hice una guirnalda!!

-Luego le dice a Kaim-:
¿Verdad hermanote? Te la pusiste para mi, a que si?
Kaim pone las manos en cuenco alrededor de la boca y grita:
- Claro que si!! Olían a gloria!!

El rostro de Shushu se retuerce de pura dicha.
Hosee se conmueve agacha la cabeza
Kaim pregunta –Eres el único que cuida de ella?
-Ajá, junto a mi esposa Cintya
-Y tus padres?
O tus abuelos? ya no viven?
Hosee se encoge de hombros y responde:
A sus abuelos se los llevo la epidemia de hace veinte años.
Su padre murió en la guerra que sacudió la zona diez años atrás.
Su madre, la nieta de Sushu, envejeció mas rápido que su madre y falleció hace cinco años.

-Así que mi bisabuela ha asistido a todos los funerales: los de sus hijos y los de sus nietos. Cuando nos dimos cuenta, era la persona mas vieja del pueblo. Debe de sentirse muy sola…..

-Seguro-confirma Kaim.

-Tal vez sea un favor de los dioses el perder la cabeza cuando se ha vivido demasiado. Al menos es así como yo lo veo últimamente. Aunque nos de pena, no esta sola en absoluto. Vivir mucho significa acumular montones de recuerdos. Puede que no esté tan mal vivir entre ellos durante nuestros últimos días.

Shushu se pone de pie cargada de flores.
-Hermanote Kaim! Te voy a hacer una corona de flores ahora mismo!
Si me sobra alguna, le preparare otra a este muchacho

Kaim y Hosee se miran perplejos.

-Porque sonríes así?-pregunta Shushu-.Ahora sois amigos?
Abre sus ojos cercados de arrugas cuanto dan de si, les sonríe con toda su ilusión y se desploma sobre la hierba.

Hosee hace ademán de salir corriendo a buscar un medico pero Kaim le sujeta el brazo y le dice: -Será mejor que te quedes con ella.
Por irónico que resulte, Kaim que en el fondo no se imagina como se siente una persona al envejecer, ha presenciado por ese mismo motivo incontables muertes a lo largo de los años. La experiencia le dice que esta vez Shushu no se va a recuperar.

La anciana esta tendida boca arriba, arropada con las flores que había recogido
No ha perdido la sonrisa.
-Espera un momento, hermanote kaim. Ahora mismo termino tu corona de….
Su mente sigue extraviada entre sus recuerdos
¿Seguirá así hasta el final?
-Aguanta, bisabuelita! no me sueltes!!
-Hosee le coge la mano y le infunde ánimos entre sollozos aunque tal vez ella ni siquiera sepa que es su bisnieto.
-Soy yo, bisabuelita, yo, Hosee!!No te habrás olvidado de mi, verdad?
Anoche te bañe, no me reconocías entonces?

Hosee le habla con desesperación.
Aun así, Shushu, que no deja de sonreír como una niña, se esta yendo de este mundo.
-Pronto seré padre, bisabuelita!!te acuerdas? te lo dije anoche, Cintya lleva un bebé dentro, vas a ser una tatarabuela maravillosa!!! Nuestra familia va a crecer…Otra criatura sangre de tu sangre.

Sin perder la sonrisa en ningún momento, Shushu coge una de las flores entre sus dedos temblorosos.
Se la ofrece a Hosee y con un hilo de voz le pide:
-No me olvides, me oyes??

Hosee no comprende.
Como el iba a saber que ella decía eso de pequeña?
Kaim le pone la mano en el hombro y le dice que le responda.
-Entiendo bisabuelita. No te olvidaré, no pienso olvidarme de ti nunca. Como iba a olvidarme de mi bisabuelita?
-No me olvides, me oyes?
-No me olvidare de ti bisabuelita, créeme. Siempre te recordare.
-No me olvides, me oyes?
Shushu cierra los ojos y posa la mano sobre las flores que cubren su pecho, como si buscara algo entre ellas. Parece que quisiera abrir la puerta que lleva a donde viven los recuerdos.
Las flores que la cubren bailan al son del viento junto con los recuerdos.
Seguramente entre ellos se encuentra Kaim de hace ochenta años.

Kaim arranca uno de los agitados pétalos y cierra el puño a su alrededor.
Shushu ya no volverá a abrir los ojos.
Ha emprendido un viaje hacia un mundo sin pasado ni presente.
Solo deja atrás a Kaim, que vivía siempre, y a Hosee, que será padre dentro de poco.
Sin soltarse del cadáver, Hosee levanta la cabeza y mira a Kaim con los ojos bañados en lágrimas.
-Muchas gracias-le dice a Kaim, el viajero-. Gracias a usted, mi bisabuela fue feliz recogiendo flores en sus últimos momentos.
-No, no ha sido gracias a mí-corrige Kaim.
Aprieta el pétalo que guarda en el puño y le dice a Hosee:
-Estoy seguro de que si hubiera terminado su corona, se la habría regalado a tu bebé.

Hosee ladea la cabeza con timidez y murmura:
-Acto seguido, sonriendo a pesar del llanto, afirma-:Seguro que si…
-Respecto a la promesa que le has hecho…mantenla y no la olvides.
-No, claro que no
-Los que se van siguen vivos siempre que alguien los recuerde.
Dicho esto, Kaim empieza a alejarse poco a poco. A sus espaldas oye la voz de Sushu.

No me olvides, hermanote Kaim, me oyes?

Es la voz de la niña que conoció hace ochenta años, que suena aun mas nítida, dulce e inocente que nunca para decir adiós al hombre cuyo viaje no acabara jamás

FIN

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